INTRODUCCIÓN
La fibra óptica es el medio más avanzado para ofrecer
servicios de telecomunicaciones a particulares y empresas. Las alternativas a
FTTH (Fiber-To-The-Home), como las redes móviles 4G/LTE o redes fijas ADSL2+ y
VDSL2 sobre pares de cobre, alcanzan altos anchos de banda, pero no pueden
competir en otros aspectos como distancias, calidad de servicio,
interferencias, seguridad, robustez, fiabilidad, etc.. Estas tecnologías nunca
podrán llegar a ofrecer varios canales de vídeo bajo demanda o televisión HD 3D,
ni otros servicios avanzados que son susceptibles de ser ofrecidos a través de
la fibra.
El estudio "Recomendaciones para un Plan de Banda Ancha
Ultrarrápida en España" del COIT ha alertado a la sociedad de la necesidad
de fomentar la banda ancha, por su papel clave en la crecimiento económico,
productividad, innovación, eficiencia energética y sostenibilidad. El propio
presidente Obama, así como otros muchos presidentes de Gobiernos y directivos
de empresas occidentales, han reconocido que las redes NGN (Next Generation
Network) son una de las principales claves para salir de la crisis en la que
estamos inmersos, por la capacidad para generar empleo en la construcción de
las redes y de construir un tejido económico más productivo y sostenible
mediante su uso [3]. Los Gobiernos han entendido que el ancho de banda es una
necesidad básica, al mismo nivel que la electricidad, el gas o el agua.
Según el “FTTH Ranking” del FTTH Council , se alcanzaron los
75 millones de abonados FTTH a finales de 2011, pero sólo 10,3 millones están
en Europa. Aunque Europa ha ido con retraso respecto a Norte América o Asia, el
año pasado el número de hogares pasado por fibra creció un 41% y el número de
abonados en un 28%. En cuanto a penetración, el ranking es liderado por
Lituania (28,3%), Noruega (14,7%) y Suecia (13,6%). En cuanto a número de
usuarios absolutos, Rusia es el mayor mercado con 4,5 millones; seguida de
Francia, Ucrania, Italia y Portugal.
La realidad es que en Europa existe una gran variación entre
países y, por desgracia, España no es uno de los que están a la cabeza; a pesar
de contar con operadores con una gran capacidad de inversión, como Telefónica,
Vodafone u Orange. Según datos de la CMT [5], España terminó el año 2011 con un
parque total de 171.177 líneas FTTH y un crecimiento del 206,4% respecto a
2010. De este modo, de las 11.147.934 líneas de banda ancha en España, tan sólo
un 1,53% son de fibra óptica, la mayoría de las cuales corresponden a
Telefónica y a GIT. El despliegue de infraestructuras FTTH está siendo
realizado además de forma selectiva por parte de los operadores, concentrándose
en las zonas con mayor rentabilidad, aumentando así los riesgos de ahondar en
la brecha digital. ¿Cuál podría ser la solución a la situación de retraso en
FTTH que vive España?
En un escenario típico de despliegue de FTTH, la mayor
parte del CAPEX para el operador es el coste de la obra civil, si bien la
inversión final depende de varios factores (posibilidad de hacer despliegues de
fibra aérea en vez de soterrada, densidad de hogares, disponibilidad de
canalizaciones previas, etc.). Como veremos, las redes ópticas abiertas (open
access) ofrecen la capacidad de que varios agentes exploten simultáneamente de
forma comercial la fibra, minimizando el coste por hogar pasado y acelerando el
incremento de la base de clientes; por lo que es la solución idónea para que
España pueda convertirse en un líder en este mercado, que sin lugar a dudas,
ayudará al necesario cambio del modelo productivo.
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